BLOG DE MARIA CINTA MONTAGUT

lunes, 8 de agosto de 2011

Se difumina el rojo.
Los barcos prosiguen su camino
huyendo con la tarde.
Hay un niño que juega
y otro llora sin  buscar consuelo.
¿Y la belleza?
Es tan alto su precio
como es alto el valor de contemplarla.

De Desconcierto

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